Dormir juntos,una noche,nuestra primera pegaditos abrazados, levantarse con pocas ganas,
hacerse la remolona con el tiempo para intentar alargarlo, estirarlo,
y luego...las prisas [y más prisas, no da tiempo ni a un último mate,figurado claro].
Y besos, muchos besos por el camino, en cada parada ,
en cada metro de la cuadra y media que caminamos tomados de la mano, apretando fuerte.
El calor se siente pero no nos quejamos, porque lo que viene después agobia más.
Terminal.
Y una vez más esa sensación que no tiene palabra que la describa. No es tristeza, no es vacío, pero son las dos cosas a la vez... y mucho más.
Vernos separados. Micros de ida con vuelta cerrada.
viernes, 28 de octubre de 2011
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